Puedes guardar las cartas en su sobre. Puedes guardar todos y cada uno de tus lápices, para siempre seguir escribiendo. Puedes guardar lo más importante en tu corazón. Puedes encerrar la pena en una buhardilla sin luz, sin salida. Puedes encerrarte a ti mismo con ella. O puedes no hacerlo. Puedes meter la rutina en un mismo cajón. Puedes sonreírle por el hecho de ser rutina y estar contigo cada día. Puedes guardar el hielo, para que no se derrita. Puedes almacenar cosas inútiles que antes tuvieron su valor. Puedes también encerrar fotos en un álbum para no perderlas jamás, y con ellas el recuerdo de los momentos y personas con los cuales has crecido.
Puedes sentir el frío, el calor, e incluso todo a la vez.
Puedes encerrar tu mundo en una cajita llena de polvo, y visitarlo cuando quieras estar en él.


Pero jamás te encierres tu con él. No te guardes. Soltar, respirar, liberar.
No encierres tu cielo.

Sensación y avance

Hace tiempo que notaba una sensación extraña. Necesitaba abrirse al mundo y contarle a alguien todo lo que sentía para intentar entender. Sus paralelas vidas llegaron a un punto medio, y como toda vida llegó a su final. Ese camino volvió a separarse en dos. Caminos que empiezan y acaban. Vidas cruzadas. Sentimientos que no duelen, pero acumulaciones que llevan a un punto de incerteza, de no saber. Un nudo en la garganta. Un vacío en su interior. Contrariedades. Pasado desvanecido como humo, aunque marcado por el resto de su existencia. Un paso atrás, y dos delante. Un libro que al pasar página augmenta de contenido, y cada vez tiene más y más sentido. Todo sigue, todo pasa. Un libro en blanco que poco a poco se va escribiendo, y otras personas formaran parte de él, e incluso algunas páginas desapareceran y retrocederan en el tiempo. Una única historia. Un único libro; el de su vida.

Pasado, presente y futuro

Vacío, o así lo sentía. Sentada en la terraza consume un cigarrillo entre sus labios. Empieza a guardar todas las cosas que echaba de menos en un papel absorbente, para absorberlas todas, todas y cada una de ellas y guardarlas para siempre. Su cerebro empezaba a vaciarse, igual que la tinta de sus palabras y contrariamente a sus ojos y cara. Debajo de la lluvia amarga y el pardo cielo inundándola, sin molestarle para nada, lluvia que se mezclaba con las lágrimas de sus pupilas. Encima de la mesa una nota; “Hasta siempre”.

Bonita, bonita primavera.

Quiero volver

Granada;
Granada;

Granada;


París;

Italia;

Italia;

París;

Como cuando tienes frío y debes ponerte la chaqueta porque te vas a resfriar pero el viento te esta acariciando los brazos. Así es.

¿Cambio, o algo más?

Dicen que hasta que no te metes en la piel en alguna situación no sabes realmente lo que se siente. Realmente es así, y puedo confirmarlo otra vez más. Al verlo desde fuera piensas; ¡Bah, no será para tanto!, y sí, lo es, para tanto y más. Hacía tiempo que necesitaba un cambio en mi vida, pero, realmente este es el cambio que yo esperaba? No, creo que no. Preferiría seguir con la misma monotonía de cada día.
Bien, como se dice, tiempo al tiempo y a esperar.